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ENTREGA DE MERCANCIAS
TextoMEMORANDO No. 00509
01 JUL. 2003
PARA : ADMINISTRACIONES ESPECIALES DE ADUANAS, LOCALES DE IMPUESTOS Y ADUANAS, LOCALES DE ADUANAS Y DELEGADAS DE ADUANAS DE TODO EL PAIS, JEFES DE DIVISION DE FISCALIZACION ADUANERA, FISCALIZACION TRIBUTARIA Y ADUANERA, LIQUIDACION ADUANERA, FISCALIZACION TRIBUTARIA Y ADUANERA, JURIDICA ADUANERA Y JURIDICA TRIBUTARIA Y ADUANERA.
DE : SUBDIRECTORA DE FISCALIZACION ADUANERA
ASUNTO: APLICACION DEL ARTICULO 506 DEL DECRETO 2685 DE 1999.
FECHA: 01 JUL. 2003
Con el fin de unificar los criterios generales para la aplicación de lo establecido por el artículo 506 del Decreto 2685 de 1999, modificado por el artículo 49 del Decreto 1232 de 2001, me permito impartir las siguientes instrucciones.
En primer término, resulta importante revisar el contenido literal de la norma la cual establece:
"Artículo 506°. Entrega de la mercancía.
En cualquier estado del proceso, si el interesado demuestra la legal introducción y permanencia de la mercancía en el territorio aduanero nacional, el funcionario competente ordenará, mediante auto de tráte motivado, la entrega de la mercancia y procederá su devolución, sin que deban agotarse las etapas a que se refieren los artículos 504 y siguientes del presente decreto". (subrayas y negrillas no corresponden al texto original).
Es indubitable que la norma transcrita contempla un claro e indiscutible imperativo, relacionado con la entrega inmediata, de las mercancías aprehendidas, cuando el interesado presenta las pruebas de su legal ingreso y permamencia en el terreno aduanero nacional, lo cual lógicamente implica para el funcionario responsable de la actuación administrativa, la verificación de las mismas en el menor tiempo posible, y en caso de encontrarlas ajustadas a las exigencias legales debe proceder a expedir sin ninguna dilación, el correspondiente acto administrativo ordenando la entrega de la mercancía.
Los postulados de la disposición, sobre la cual se imparten lineamientos para su aplicación a través del presente memorando, están estrechamente ligados con los principios de eficiencia y justicia, que deben gobernar todas las actividades aduaneras, razón por la cual, se hace necesario que los funcionarios tomen conciencia de que, en los controles que están obligados a ejercer, siempre debe prevalecer el servicio ágil y oportuno al usuario aduanero, que la aplicación de las disposiciones aduaneras deberá estar presidida por un relevante espíritu de justicia y que el Estado no aspira a que al usuario aduanero se le exija más que aquello que la misma ley pretende.